Kimi Raikkonen no es precisamente la alegría de la huerta. Incluso cuando le hemos visto en lo alto del podio ha sido difícil atisbar una sonrisa en su cara.
Pero su expresión el pasado domingo, tras el GP de Hungría, era más gélida que de costumbre. Consciente de que había sacrificado su carrera para apuntalar la victoria de Vettel en Hungaroring, el piloto finlandés no estaba para nada satisfecho.
Antes de la ceremonia del podio, Vettel se acercó a Raikkonen para felicitarle por su inestimable ayuda porque, sin ella, no habría ganado en Budapest.
Kimi saluda a Vettel con un cordial apretón de manos, pero posteriormente agacha la cabeza sin demasiadas ganas de escuchar las felicitaciones de su compañero.
En este vídeo se aprecian los momentos previos a la ceremonia del podio y se puede intuir perfectamente el estado de ánimo de Raikkonen, que contrasta con la alegría contenida de Sebastian (a partir del min 2:00):
PD. Cuando Vettel explica con aspavientos sus problemas con el volante, Kimi opta por taparse la cara con su toalla…
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